Buenas lectores.
En esta entrada nos centraremos
en el proceso de “Participación Escolar” para fomentar la motivación y el
interés del alumnado, cuerpo docente y padres y madres.
La situación en los centros
educativos es de una pasividad generalizada. En los Centros de Educación
Primaria encontramos aún una participación más activa de los padres y madres
gracias a las Asociaciones de Padres y Madres (AMPAs). No obstante, a medida
que los chavales comienzan la Educación Secundaria, la implicación del
alumnado, profesorado e incluso de los propios progenitores se ve mermada. Esta
falta de participación se retroalimenta por la pasividad de todos los agentes
que componen el sistema educativo, y esto quizá esté forjando un problema
educativo de carácter estructural: los alumnos van al centro, están sentados durante
6 horas y se van a casa, los profesores se limitan a dar las clases pertinentes
y el centro se lava las manos.
¿El proceso de aprendizaje debe
limitarse a seguir los contenidos del currículo? ¿O es necesario comenzar a
proponer una participación activa de todos los agentes? Lo cierto es que el
aprendizaje no debe limitarse a los contenidos. Los alumnos deben sentirse
integrados en el centro y su voz debe ser escuchada, los profesores deben
implicarse para fomentar la participación del propio alumnado y los
progenitores deberían participar colectivamente con el centro para mejorar el
proceso de aprendizaje de sus hijos.
Una de las formas en las que se
practica la escucha activa de todos los agentes es la existencia de Consejos
Escolares en los centros, donde participan representantes de los profesores,
alumnos y padres y madres. No obstante, muchas veces incitar a la participación
en el propio consejo resulta complicado.
Por eso considero que podrían
introducirse algunas estrategias innovadoras que permitan fomentar la
motivación del alumnado a participar en la propia actividad del centro.
Una de ellas, podría ser crear
Comisiones de Alumnos o Asociaciones que tengan intereses comunes. Con esto me
refiero a un club de ajedrez, un club de debate, un club de fútbol, un club de
teatro, otro de videojuegos etc., y estas comisiones deben estar respaldadas
por el propio centro. De esta forma, los alumnos que tienen intereses comunes
tendrán la motivación para hacer propuestas a la dirección del centro que
permitan hacer actividades relacionadas con estos intereses pero que tengan un
fin de carácter educativo. Un ejemplo sería la organización de concursos de
lectura, debate, o torneos de deportes. De esta forma el aprendizaje adquiere
un carácter transversal que no se queda limitado a las lecciones teóricas de las
aulas.
Por otro lado, de forma
complementaria a la creación de estas Comisiones, sería interesante que el centro
publicase una revista o periódico del centro que requiera la participación del
propio profesorado, los alumnos y los padres y padres, y que plasme la
actividad de estas comisiones junto con la participación del profesorado y
ayuda de padres y madres para la elaboración de la revista.
Este ejemplo se hace en el Centro
IES Victorio Macho en el que yo estudié la secundaria: Todos los años alumnos,
profesores y padres y madres ponen en marcha un proyecto de la revista del
centro, que incluye entrevistas a profesores, excursiones, intercambios en
el extranjero que pone en marcha el
centro y muchas cosas más.
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