Buenas de nuevo lectores.
En este post me basaré en el
artículo de El Norte de Castilla y otra documentación, para
concretar los puntos fuertes y débiles de la educación en Castilla y León,
analizando las distintas características que conforman su modelo.
Castilla y León es una comunidad autónoma
con unos niveles de despoblación considerables, y repleta de núcleos rurales de
poco tamaño, a excepción de las capitales de provincia, así como un alumnado
escaso derivado del envejecimiento de sus habitantes. Cuenta con un importante hándicap
en términos de llenar los centros educativos y requiere una elevada inversión
en transporte y comunicaciones entre esas zonas. Este es un problema que está
llevando al cierre de muchos centros educativos en estas zonas rurales poco
pobladas, obligando al alumnado a desplazarse a zonas más concurridas.
Sin embargo, a pesar de tener
todos estos obstáculos, podemos sentirnos orgullosos del funcionamiento del
sistema educativo implantado en nuestra comunidad. El Informe PISA 2018 (en sus
siglas en inglés, Programme for International Student Assessment), ha situado
de nuevo a Castilla y León entre los mejores sistemas educativos del mundo en
Matemáticas y Ciencias.
De hecho, se sabe que además, si
Castilla y León fuese un país, ocuparía el puesto número 12, en el entorno de
la OCDE y la Unión Europea (UE), concretamente después de Finlandia, que ocupa
el undécimo lugar con 507 puntos, y empatados con Suecia y Reino Unido. En
2017, alcanzó el puesto número 7 a nivel mundial, también después de Finlandia,
y debido a esto, la OCDE invitó a Castilla y León a invitar a Colombia a imitar
su modelo. Este puesto de Castilla y León siempre se ha movido en esta línea
(2012) como observamos en el gráfico de la tesis de FOCES GIL en la prueba de matemáticas.
No obstante, PISA no mide la
totalidad del proceso educativo, sino sólo los aspectos que dice medir: el
rendimiento en tres elementos competenciales concretos, como son matemáticas,
lectura y ciencias, y algunos factores socioculturales del entorno.
Por ello es importante destacar
en qué medida se han aplicado medidas y políticas educativas que permitan
calificar el proceso educativo en términos de equidad, y tampoco en esto
Castilla y León se queda atrás: Castilla y León en 2017 elabora un Plan Global de
Mejora de Resultados para profundizar en la calidad y equidad de un mejor
sistema de educación en el ámbito autonómico de carácter no universitario, aplicándolo
en los centros que fueron identificados como los que peores resultados
tuvieron, situándose por debajo de la media del informe PISA. Fueron
identificados concretamente 128 centros. Además este plan fomenta el bilingüismo
en los centros, partiendo de un punto que nos sitúa como comunidad en el
segundo puesto en mayor porcentaje de alumnos matriculados a programas bilingües,
y que introducirá el adelanto del programa bilingüe en la etapa de infantil así
como un 40% más de docentes nativos en las aulas. Además, ampliará la red de
centros BIT (Bilingüismo, inclusividad y tecnología).
Por otro lado, en este ámbito de
equidad, la Consejería de Educación propuso una serie de medidas para resolver
la dificultad de promoción en ESO y FP en los centros “gueto” donde el 100% de
los alumnos pertenecen a la etnia gitana, aplicando una mayor flexibilización
para repartir a los escolares en centro y aportando más recursos materiales
para estos centros.
Todo esto nos indica que Castilla
y León, a pesar de contar con gran dificultad por sus condiciones demográficas
y ser una zona predominantemente rural, dispone de un sistema educativo
prometedor en todos los sentidos.
Súper interesante este post, redactas muy bien.
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