Buenas lectores.
Hoy nos
preguntamos sobre la figura del tutor: básicamente, qué cualidades debe tener
para ser un tutor ideal. La cuestión no es tan sencilla como pueda parecer.
Todos/as hemos tenido infinidad de tutores y, desgraciadamente, no recordamos a
la mayoría de ellos. Entonces, ¿Cómo era aquel que sí se quedó en nuestra
memoria?
i)
Cercano: Nadie como alumno recuerda a un
tutor frío y distante, por muchos problemas que solucione. Un tutor deber
transmitir cercanía y comprensión y hacer que el alumno se sienta, de algún
modo, acogido.
ii)
Mediador: Es el tutor quien debe resolver
los conflictos que se den en el aula, pero no por las malas, sino más bien
mediando entre ambas partes del conflicto de forma asertiva. Esto también se
aplica al caso de un conflicto entre un alumno y un profesor de otra materia,
por ejemplo.
iii) Creador
de sensación de grupo:
Una necesidad básica de las personas y, aún más, de los adolescentes y niños es
sentir pertenencia a un grupo. Por tanto, un tutor deber crear este clima de
grupo de forma sana y respetuosa (no como en aquella conocida película en la
que, de forma experimental, un profesor convierte a su clase en una
organización neofascista).
iv) Orientador: Aunque no aparezca esta palabra
en el letrero de su despacho, un tutor debe ser, muchas veces, orientador. Si
ha cumplido los anteriores apartados, el alumno buscará su consejo en lo
personal y académico y, lógicamente, es esencial que el tutor se muestre dispuesto
a dárselo de forma sensata, realista y cercana.
v) Educador: Si bien en las tutorías no se
imparte materia, sí se deberían tratar contenidos que ayudasen al desarrollo
personal de los alumnos/as (respeto, diversidad, igualdad de género, etc).
Obviamente,
existen muchas otras cualidades que estaría bien que el tutor tuviera, aunque
son estas cinco las que me han parecido más importantes, a modo de resumen.
Podéis dejarme en los comentarios alguna otra, si se os ocurre.
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